Nada mas llegar tu Bebé, te das cuenta que has empleado mucho tiempo y recursos para preparar todas las cosas que vas ha necesitar para el cuidado y crecimiento de tu hijo.
Es increíble lo rápido que pasa el tiempo, créeme no es eterno este proceso, aunque parece que es el más duro en cuanto a la crianza. Noches sin dormir, no entender que necesita tu hijo cuando llora sin parar y llenarte de temor por si algo lo estás haciendo mal. Es aquí cuando te das cuenta que no sabes como cuidar a tu bebé y necesitas ayuda.
Creo personalmente que todas las madres, por más sabias que sean algunas, hemos pasado por esto. Me gustaría que muchas madres compartieran que pasó cuando esto sucedía con vuestros hijos, pero de momento sólo puedo compartir lo que yo viví: Cuando recibí a mi primera hija fue todo increíble, nadaba en una nube de algodón, hasta que llegué a casa y me enfrenté con un bebé que lloraba por cólicos del lactante, no tenía ni idea, me agobiaba ver que no podía ayudar a mi niña y sentía que todo se caía. Me faltaba experiencia y entonces comprendí que empleé mucho tiempo en ropitas, cuna, coche y todas las cosas que necesitaría para cuidar a mi bebé, pero leí poco sobre cólicos, fiebres, cuidado del ombliguito, alergias atópicas y un sin fin de cosas que me iban a pasar.
Tranquilas, no les quiero asustar, por suerte nos llegan tu madre, las amigas, y otras mamás que vamos conociendo en el transcurso de esta etapa y comenzamos a intercambiar experiencias, a darnos consejos y vamos creando nuestra propia identidad como madres. Es así como vamos desarrollamos un instinto maravilloso, a través de la comunicación con nuestro Bebé.
El tiempo nos va dando seguridad mientras nos enfocamos día a día a sacar adelante a nuestros hijos.
Si pudiera retroceder en el tiempo, evidentemente, lo haría mejor, pero eso no es posible, ¿qué haría mejor?
- Daría más valor a los recursos con que cuento sin enfocarme en las cosas que me faltan.
- No intentaría tener todo súper impoluto, eso te quita mucho tiempo, y desgasta demasiado.
- Me centraría más en lo importante y pasaría más tiempo de juegos con mis hijos ¡el tiempo pasa muy rápido!
- No me agobiaría por los problemas que surgen, es lo más difícil de aprender,
Un consejo, no hace falta que tengas diez pares de cada cosa, en mi opinión, con tener tres o cuatro mudas de cada prenda es suficiente, si te llenas de prendas en cada mes de tu Bebé vas a acumular ropa para lavar, planchar y luego almacenar, además de los recursos económicos que esto lleva. Planifica muy bien lo que necesitas y así podrás emplear el dinero en pasar buenos momentos con tus hijos.
Al final, cuando tus hijos ya han pasado la época de lactancia, la infancia y llegan a ser adolescentes lo que ellos buscan son los recuerdos de todos los momentos divertidos que han pasado, también te echan en cara lo que no les diste y los momentos de regañinas, pero siempre van a valorar que fue para su bien, que los límites marcan una gran diferencia con sus compañeros de viaje, ya que tienen más seguridad en sí mismos y convicciones firmes para el resto de su vida.
Conviene saber, aunque veces nos parezca que la maternidad es una tarea prácticamente imposible, que todo siempre tiene una salida. En mi caso, cada vez que he tenido dificultades como madre en cualquier área de mi vida, he encontrado una ayuda muy importante, en la que siempre me apoyo para avanzar, poniendo primero mi fe en Dios.